12.4.20

Published 4/12/2020 12:44:00 a. m. by

Vivir

"¿Esto es la vida? Pues venga, ¡otra vez!"
Nietzsche

Veo la llegada (esta vez la película)

Bien.

Dejando el rollo politico-militar la película merece la pena.

Se plantea con bastante claridad la cuestión del lenguaje extraterrestre.
Su no-linealidad, la no-linealidad temporal especialmente.
Pero lo mejor es la expresión de la cuestión existencial.

Louise por aprender el lenguaje de los extraterrestres acaba pudiendo ver el futuro, inexorable.

Louise ve que tendrá una hija (Hannah) y que morirá de una enfermedad durante la adolescencia.

Pero la cuestión no está en ver el futuro sino que futuro-presente-pasado para esta forma de conciencia no existen ya.

Por tanto no es que Louise elija tener a Hannah pese a la muerte segura, porque le compensan la alegría o los buenos momentos. Digamos que acepta el mundo y el tiempo como un todo. En realidad no cabe hablar de aceptar.

Bien. Entendido. Una metáfora bella, sugerente.

¿Que nos queda a nosotros?
La muerte, la finitud, el desamor, la distancia, la nada son seguros.

¿Que hacer?
¿Elegirlos como una apuesta? ¿Esperando ser afortunados?
No, esa no es la cuestión.

Ya hemos perdido. Seremos derrotados seguro.
¿Entonces?
¿Que más da?
¿Por qué seguir adelante?
Porque nada importa.

Lo más interesante es plantearse la cuestión:
si Hannah va a morir ¿porque no negarse al juego?

Louise podria negarse al juego (seguramente no) porque sabe que lleva la muerte de Hannah.
En el fondo la muerte no importa. Lo derrota seria frenar el impulso de la conciencia.
En el fondo ilimitada.

La clave es la conciencia libre desapegada.

Ni tú ni yo importamos.
Por tanto no seremos derrotados (ni venceremos)
e

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