Claramente.
Pero claro hablar, tratar de la diosa remota, inaccesible, esquiva no sería posible sin el gurú supremo (nombre inventado).
El nombre es inadecuado lo admito. Es puro cachondeo, a él que tanto tanto le gusta bromear.
Hace mil años en una noche oscura me hizo la pregunta clave de mi vida.
Yo le respondí afirmativamente.
En aquellos tiempos yo merodeaba el zen y se que lo más importante es la pregunta.
Y esta pregunta era muy importante, por prohibida, por atrevida.
Desde el minuto -1, estuvo ahí, con tacto, con mesura, con sabiduría.
Nadie podria imaginar que algún amigo así pudiese existir.
Pero juro que existe.
---
Pasaron 1000 años y decidí resolver lo mío con la diosa de una vez.
(Algo imposible de resolver. Sólo se puede superar)
Pues bien acudí otra vez a él.
¿Que decir?
Disposición,
generosidad,
escucha,
sabiduría,
tiempo,
respeto.
¿Que más se puede pedir?
Nada.
¿Que más podria haber entonces?
Lo más difícil.
La verdad incómoda,
la pregunta incómoda,
no busca halagarme,
ni decirme lo que quiero oir,
es la generosidad suprema.
No sé como irán las cosas con la diosa,
no sé ni si irán,
la verdad radical es incómoda,
a veces insoportable,
veremos.
Siempre soñé hablarle a la diosa de él (algo ya sabe).
Decirle que sin él nada hubiese sido posible,
sin aquella noche oscura.
El nombre es inadecuado lo admito. Es puro cachondeo, a él que tanto tanto le gusta bromear.
Hace mil años en una noche oscura me hizo la pregunta clave de mi vida.
Yo le respondí afirmativamente.
En aquellos tiempos yo merodeaba el zen y se que lo más importante es la pregunta.
Y esta pregunta era muy importante, por prohibida, por atrevida.
Desde el minuto -1, estuvo ahí, con tacto, con mesura, con sabiduría.
Nadie podria imaginar que algún amigo así pudiese existir.
Pero juro que existe.
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Pasaron 1000 años y decidí resolver lo mío con la diosa de una vez.
(Algo imposible de resolver. Sólo se puede superar)
Pues bien acudí otra vez a él.
¿Que decir?
Disposición,
generosidad,
escucha,
sabiduría,
tiempo,
respeto.
¿Que más se puede pedir?
Nada.
¿Que más podria haber entonces?
Lo más difícil.
La verdad incómoda,
la pregunta incómoda,
no busca halagarme,
ni decirme lo que quiero oir,
es la generosidad suprema.
No sé como irán las cosas con la diosa,
no sé ni si irán,
la verdad radical es incómoda,
a veces insoportable,
veremos.
Siempre soñé hablarle a la diosa de él (algo ya sabe).
Decirle que sin él nada hubiese sido posible,
sin aquella noche oscura.
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