“la mecánica cuántica es ciertamente impresionante. Pero una voz interior me dice que aún no es la realidad. La teoría dice mucho, pero realmente no nos acerca más al secreto del ‘viejo’. Yo, en todo caso, estoy convencido de que Él no juega a los dados”
Carta de Einstein a Max Born. 1926.
Se que habla de la física cuántica y no del caos determinista y otras formas del azar pero la metáfora es atractiva.
El dios de los físicos (viejo) no tiene que ver con la teología (o sí) es una metáfora que resume el mecanismo de funcionamiento el universo. Podríamos decir que es un término técnico.
Sabemos que muchos sistemas son complejos y caóticos. (la mariposa de Lorenz)
Hoy estamos aquí y en una semana podríamos morir por un virus.
Todo es improbable, casual.
¿Cómo me llegué a cruzar en tu camino? ¿Que nos hizo mirarnos a los ojos en algún momento?
Podemos pensar que Dios hizo que sucediera (la voluntad de Dios) pero más bién es dios (en minúscula, el de los físicos) el que lo hizo.
En realidad no están tan lejos el uno del otro. Todo son metáforas, imágenes: el Dios de los antiguos, la ecuación de Schrödinger.
Dice Wittgenstein en el Tractatus:
"6.372 Así, los modernos confían en las leyes naturales como en algo inviolable, lo mismo que los antiguos en Dios y en el destino.
Y ambos tienen razón y no la tienen; pero los antiguos eran aún más claros, en cuanto reconocían un límite preciso, mientras que el sistema moderno quiere aparentar que todo está explicado"
En definitiva buscamos cosas a las que agarrarnos para intentar conjurar el abismo de lo que ignoramos.
¿Por qué me sonreías? Nunca lo sabré.
Carta de Einstein a Max Born. 1926.
Se que habla de la física cuántica y no del caos determinista y otras formas del azar pero la metáfora es atractiva.
El dios de los físicos (viejo) no tiene que ver con la teología (o sí) es una metáfora que resume el mecanismo de funcionamiento el universo. Podríamos decir que es un término técnico.
Sabemos que muchos sistemas son complejos y caóticos. (la mariposa de Lorenz)
Hoy estamos aquí y en una semana podríamos morir por un virus.
Todo es improbable, casual.
¿Cómo me llegué a cruzar en tu camino? ¿Que nos hizo mirarnos a los ojos en algún momento?
Podemos pensar que Dios hizo que sucediera (la voluntad de Dios) pero más bién es dios (en minúscula, el de los físicos) el que lo hizo.
En realidad no están tan lejos el uno del otro. Todo son metáforas, imágenes: el Dios de los antiguos, la ecuación de Schrödinger.
Dice Wittgenstein en el Tractatus:
"6.372 Así, los modernos confían en las leyes naturales como en algo inviolable, lo mismo que los antiguos en Dios y en el destino.
Y ambos tienen razón y no la tienen; pero los antiguos eran aún más claros, en cuanto reconocían un límite preciso, mientras que el sistema moderno quiere aparentar que todo está explicado"
En definitiva buscamos cosas a las que agarrarnos para intentar conjurar el abismo de lo que ignoramos.
¿Por qué me sonreías? Nunca lo sabré.
