¿Y que decir?
Se reclama que se conviertan en profesión. Bién de acuerdo.
Lo que me fascina es la diferencia de hecho que se da entre vender tu cuerpo y tu mente o espíritu.
Al fin y al cabo no nos prostituimos todos por un plato de lentejas. No vendemos nuesto tiempo, inteligencia y espíritu en tareas poco dignas cuando no claramente inmoral. ¿pues si no es por la inmoralidad porque se trata de la prostitución y porque continua siendo marginal?
He intentado porque esa diferencia entre vender la mente y el cuerpo. Porque está bién visto lo primero y mal lo segundo. Supongo debe tener hondas raices culturales y se debe relacionar con el desprecio del cuerpo. Lo verdadero del hombre es su espiritu.
Pero ahí surge la paradoja: si sometes tu espiritu bién si es tu cuerpo puta.
0 comentaris:
Publicar un comentario