Recordé con A. Hablé con ella de la lucha, de la dureza. Siempre me ha gustado A.
Conocí al otro Oriol. Ya no soy el único ni el más pequeño. Mi prima me pregunta por cómo me va, sorprendentemente bien informada.
Mis tios se desintegran. El cruel camino a la muerte.
Y aquí, ahora mareamos la perdiz miserablemente.