Uno va a librería (Central de Mallorca). Tiempo atrás sentía el vértigo del conocimiento/ignorancia. Hoy uno ya es muy viejo. Todo parece inútil. Uno ya no comulga con ruedas de molino.
Los autores hacen lo que pueden. Básicamente intentan hablar de ellos mismos. No se puede hacer otra cosa. Algunos lo consiguen. Otros solo sueltan estereotipos y lugares comunes. Si logran escribir quienes són, la vida y el universo estarán en el texto. Nada fácil.
Allí veo jovenes hablado: de experiència, amorosas, laborales, académicas, de planes. La vida allí abierta, disponible cuándo parece no tener límite. Literalmente "Tot està per fer i tot és possible".
Yo no soy joven. Cabe recordar el poema de Gil de Biedma. Nos golpea sin piedad:
El vertigo, la ansiedad de saberlo todo quedaron atrás. Por imposible, por inconveniente.
El impulso de actuar con otros para construir el mundo se acabó. Por viejo pero también porque nuestra civilización se acaba. Todo en lo que se basa se desmorona: progreso, producir, crecer. Ya sabiamos que moral/éticamente era un camino erróneo. Hoy sabemos que lo es etambién materialmente.
Ya se sabe o deberia saberse.
Pensamos que los problemas materiales (alimentos, aguas, cambios paisajes, extinciones) pero solo vemos eso. Tuvimos solo en cuenta lo material (y no todo) solo el output, no los desechos, los feedbacks. Ademas perdemos cualquier razón por la que hacemos las cosas. El 99% de nuestro tiempo y nuestra alma (pensadlo bien) se mide desde la produccion: incluso gran parte del conocimiento, del aprendizaje, de las experiencias, de las relaciones. Todo es para obtener algo. Esto se viene abajo pq como se ha visto, estos outputs (el culto al PIB como ejemplo mas patente) no miden más que cuanto hemos destruido y cuantos recuros hemos gastado.
Sigo aquí tomando un café. Los jóvenes siendo jóvenes con luz aun en sus miradas. Todos no sabiendo no queriendo ver que hemos perpetrado: un fraude a gran escala. Se nos prometio bienestar, material incluido y hemos fracasado. Destruiremos una civilización prometedora porque nadie penso en los otros o en las consecuencias de nuestas acciones. Así de simple