Aquí siempre hablo de mí. Y de ti claro. Pero ya sabemos que no hay frontera.
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También hablo del mundo, de Dios y del espíritu. Tampoco hay frontera. Separación.
"Tat tvam asi" dice el Upanisad.
Hoy hablaré de mi (o lo intentaré desde el pronombre). Sin máscaras interpuestas (Si eso es posible).
¿Qué decir? que no sea hueco o falso.
No sé.
Como ya averiguó Aristóles un ser (el ser) es sub-stancia (es lo que hay debajo) que soporta todos los atributos concretos que lo definen.
Pero dos problemas fundamentales aparecen: nadie ha visto esa esencia o substancia que soporta los atributos (no la hay cómo dice el Buda) todo es vacío, todo es relación.
Y la lista de atributos es arbitraria y potencialmente infinita. ¿Por qué ese atributo y no otro? ¿Será necesario otro más para completar la definición? No hay respuesta.
Ahí va pues:
Profundo, sensible (hiper), místico, generoso, cobarde, buen corazón,
inteligente, perezoso, inconstante, lúcido, nihilista, ácrata, repetitivo, obsesivo,
amable (a veces), iracundo, habita la totalidad (del tiempo y el espacio) como su casa,
malbarata su talento, nada le importa porque todo le importa demasiado, etc.
Pero claro el Yo es el Tú, aquí y ahora.
¿Tú dónde estás?
En cada gesto, en cada atributo como un espejo, me miras desde la totalidad del tiempo y el espacio.