que ya no oiría tu voz,
puedo decir que todo es absurdo,
que no me lo puedo creer,
que siento una desolación inmensa,
que la condición humana es frágil y sin sentido,
pero al fin y al cabo todo esto son palabras huecas,
¿como hablar de la vida y de la muerte?
no es posible.
Hablaré de ti.
Podria elogiarte, decir que eras inteligente, trabajador, íntegro, amable, gran anfitrión, bromista...
podría extender la lista pero no lo haré,
las palabras son huecas, no dicen nada frente al vacío,
al agujero que tenemos dentro,
podría apelar a que te recordaremos siempre o a la vida eterna,
pero no soy capaz de tanta osadía,
asumo mi falta de fe.
Nunca quise escribir este texto.
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