¿como no iba a serlo?
Siempre está lo no dicho,
por cobardía,
por pudor,
por falta de integridad,
y aún así, si logramos balbucir algo,
ese algo no se alcanza,
o se alcanza el mundo entero,
y al final el lenguaje es palabrería hueca,
es más silencio que otra cosa,
afán de sentirse acompañado (como tocarte mientras hablo).
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