¿y porque seguir adelante?

Todos moriremos, moriremos sin justificación, de manera arbitraria.
¿Hay sentido? No, no lo hay. Más vale que nos vayamos haciendo a la idea para no perdernos por vericuetos inútiles.

Seamos ecuánimes, justos, amables, íntegros, no busquemos recompensa alguna. No hay recompensa. No hay nada más allá del mismo acto, de la acción. Si la acción es justa, esa es la recompensa.

El sueño de un futuro, de un futuro de cualquier tipo es eso, un sueño.

Busquemos aqui y ahora, el espíritu. No cabe dilación.
Hagamos en cada momento el acto esencial, cualquier acto lo puede ser.