Nadie cree en lo que hace (casi nadie).
Me refiero en creer en lo que se hace por si mismo, sin nada externo. Sin pensar en lo que dirán, en lo que se obtendrá, en lo que me enriquece, etc. Todo el mundo finje interés cuando lo que hay es un obtener cosas: todo el mundo vive como si esto (vivir) fuese un negocio.
¿Y es así? Pues rotundamente no!!!!!
Ya está bién!!! Dejemos de concebirnos como una propiedad más, de vernos a nosotros mismos como un obejto más de los que poseemos, como una casa a la que añadimos y cambiamos cosas ("redecora tu vida" ikea dixit), de considerarnos una isla (isla-yo) "república indenpendiente de tu casa" ikea dixit (¿porque los sloganes de una tienda de muebles dicen tanto de nosotros?). Una vez más el lenguaje es un espejo de nosotros mismos.
Basta!! Las fronteras del yo son difusas (ya lo dije) y a lo sumo somos nudo en una trama. Hay que ir del yo al nosotros. Basta de egoismo individualista y estéril!!!
¿Y que le pasa al que no ve esto?
Que su mundo es un mundo de objetos: él, sus aspiracioenes, aficiones, objetivos y lo más grave las otras personas también se convierten en objetos.
Las relaciones con otras personas se vuelven frágiles e insuficientes. Nada le satisface. Siempre habrá una consola mejor, una casa más grande, un ropa más "fashion", una chica más guapa, simpática, etc. Lógicamente.
¿Y para que se quiere más? El yo es insaciable, orgulloso, cree que todo es poco, que todo lo merece, que es el centro del mundo.
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