19.12.06

Published 12/19/2006 02:11:00 p. m. by with 0 comment

Se me antoja incómodo encontrarme con gente a la que trato poco. Aquellas personas conocidas a las que se ve de vez en cuando.

Les explicas / preguntas sobre lo que te/le ha sucedido desde que no los ves. El discurso discurre por lo que llamaríamos hechos.

Tengo entonces la extraña sensación de que cuando hablo hablo de otro, no de mi. No me importan nada los “hechos”. En cierto modo no tienen nada que ver conmigo.

Me gustaría explicarle lo que verdaderamente me ha sucedido. El problema radica en no ha “sucedido” nada. El espíritu nada tiene que ver con los hechos. (ver Wittgenstein Tractatus Logico-Philosophicus)

¿Qué tengo que ver yo conmigo en 1994? Pues hay una continuidad física e incluso psíquica pero nada más. El meollo, lo más íntimo nada tiene que ver.

Aún más: hay continuidad / ruptura. La paradoja de la identidad. La verdadera identidad yace en la diferencia más absoluta.

La cuestión es que si tomamos algo (yo para el caso) y se profundiza en ello, si se tira del hilo, todo surge. Es la paradoja del Zen. Todo en uno.

Concibo la identidad como una frontera definida como un límite que se marca: ese ser yo es como una esfera que limita, que dice lo que soy (y lo que no soy).

Cuando se opera sobre este objeto, en el caso, se vive, se juega con la conciencia para ir más allá, para cruzar los límites; se que ve que tal límite es ilusorio.

El yo (el portador de la identidad) se ve más como un nudo de un entramado infinito. ¿Vivir? Ser esta trama.

¿Y quien hace tal cosa? ¿Quién supera sus máscaras, sus autojusticaciones, sus miedos, sus valores, principios, etc. su identidad en definitiva?

Pues nadie. (el nirvana?). Se me antoja un proceso sin fin de desidentificación.

¿Qué pasa con el espíritu?

El espíritu solo respira cuando el yo se va de vacaciones.

¿Y quién sabe del su espíritu?

Me temo que poca gente. La mayoría lo tiene enterrado bajo toneladas de autoimagen: yo, yo, yo, yo.

¿Se vive en tal caso?

Rotundamente no.

¿Y que pasa?

El espíritu quiere salir a la superficie y es machacado por el convencionalismo y lo social que orbita alrededor del yo.

¿Dónde lleva esto?

Disconformidad con uno mismo, violencia, autodestrucción, sadismo con los demás, usar a los otros como instrumento, usarse a si mismo como instrumento, vidas basadas en ficciones y proyecciones de lo más absurdo…. En fin solo hace falta mirar alrededor.

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15.12.06

Published 12/15/2006 03:18:00 p. m. by

Afán de claridad, ver a través, ver dentro, llegar al meollo de las cosas. Tal es el sino de occidente.
¿Y si no hay meollo? ¿Y si no hay cosas? El Buda hace 2700 año predicó tal cosa. También dijo que el dijo que la raíz del sufrimientos es el apego del yo a las cosas. Pero el yo y las cosas son solo designaciones lingüísticas/mentales.
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Published 12/15/2006 10:22:00 a. m. by with 0 comment

¿Qué diantres es todo esto?

Me refiero al mundo, a la historia, al progreso, a la desesperada creación de artefactos, de información, de metalenguajes, de palabras, de palabrería, de justificaciones, de máscaras. Gente que muere por comer demasiado, por comer demasiado poco, por tener demasiadas cosas, por no tener nada, gente infeliz pese a tenerlo todo,

Basta!!!!

¿Para que todo esto? ¿De dónde vino?

Pues la fundación de la cultura occidental se basa en algo muy simple: se puede atribuir algo a una cosa. Se puede decir algo sobre las cosas, sobre la realidad (con pleno sentido). La ontología en diferentes formas y variaciones.

Visto con cierta distancia es una hipótesis atrevida y fértil que conduce a la conciencia escindida del mundo y del propio si-mismo. Que lleva a la ciencia y al progreso técnico. Incide también una cierta escatología cristiana que pone metas y arranca la historia.

¿Y donde lleva esto? Solo se puede progresar, ir a más, ir hacia delante: expansión, progreso, crecimiento y ya hoy la novedad perpetúa, nuevos productos, modas, publicidad, productos, consumismo sin sentido, destrucción ecológica, vidas automática.

Bien. ¿Y todo esto hace mejor al hombre?

Se vive más cómodo, cierto, aunque no todo el mundo.

Al mismo tiempo se pierde distancia con el mundo y consigo mismo. Se vive para sostener la historia, el progreso pero ¿y el espiritu? Abandonado. La gente se pierde, se droga, se mata de las formas más absurda, se autodestruye comiendo poco o demasiado. (Dicen: el problema está en no estar de acuerdo con lo que uno es se quiere ser mejor (para los otros, para la sociedad) y la imposibilidad de llegar a serlo lleva la autodestrucción como efecto lateral).

¿Pero porque llegar a ser mejor o incluso algo? Ya digo la ontología y la historia conspiran.

¿Y el espíritu? ¿quién se ocupa de él? El aliento se va apagando y el hombre se pierde.
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