La inteligencia está sobrevalorada,
Dios está sobrevalorado,
igual que el dinero,
la victoria o la muerte.
Nada importa.
Solo estar,
aquí y ahora.
Y pese a todo hay que actuar.
Hay que llegar al punto en que no hay alternativa,
donde ya no nos planteamos el fruto de la acción (karma-yoga),
actuamos sin objeto (y sin sujeto),
el wu-wei.
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Dios está sobrevalorado,
igual que el dinero,
la victoria o la muerte.
Nada importa.
Solo estar,
aquí y ahora.
Y pese a todo hay que actuar.
Hay que llegar al punto en que no hay alternativa,
donde ya no nos planteamos el fruto de la acción (karma-yoga),
actuamos sin objeto (y sin sujeto),
el wu-wei.
